Responde las siguientes preguntas
teniendo en cuenta las diferentes entradas de este blog en las que se sintetiza
lo visto en clase durante el período. Recuerda, lo importante es
evidenciar lo que aprendiste. Una vez respondas la evaluación
subela desde los comentarios de esta entrada, (no es necesario que
la envíes a ningún correo). Encabeza la entrada con tu nombre,
apellidos y el grupo al que perteneces (01 o 02). TIENES PLAZO HASTA EL 4 DE MAYO PARA SUBIR
TUS RESPUESTAS DESDE LOS COMENTARIOS DE ESTA ENTRADA. DESPUÉS NO
SE RECIBIRÁN EVALUACIONES. Si no ves publicado tu comentario, este
será publicado después del 6 de mayo.
1. Escucha una cuña radial y responde teniendo en cuenta el
documento de Armand Balsebre "El lenguaje radiofónico": a). Identifica
los elementos de la comunicación (entrada del 14 de marzo "La comunicación
y el código lingüístico") - quien es
el emisor características del receptor o publico objetivo,
cual es el mensaje, en que contexto se transmite la cuña, etc.-
Explica claramente el código que se esta utilizando en la cuña radial.
Para esto debes tener en cuenta la lectura de Armand Balsebre del 24 de marzo,
"El lenguaje radiofónico" .
b). Examina y explica a partir la misma cuña radial, las diferentes
fases de la comprensión del mensaje radiofónico. (ver la
entrada del 21 de marzo: "Características de
la comunicación radiofónica")
2. Escucha la emisión de un programa radial dirigido
al segmento juvenil y teniendo en cuenta la lectura "El
lenguaje radiofónico", )24 de marzo) responde:
a). Identifica el horario, la emisora, el nombre del programa,
la duración y las características de los presentadores.
b). Describe la estructura del programa
c). ¿Crees que se están utilizando todos los elementos del
lenguaje radiofónico propuestos por Armand Balsebre? Explica tu
respuesta
d). ¿Crees que el mensaje de este programa es percibido igual por un
adolescente que por alguien de la tercera edad? Explica.
e). Describe los efectos sonoros que escuchaste en el programa (si los
hay). ¿Cómo crees que ayudan a imaginar y sentir el mensaje?
3. Según el texto del 10 de abril, "La noticia y la
entrevista", responde:
a). ¿Qué es una entrevista?
b). ¿Qué características tiene una entrevista?
c). ¿Cómo deben ser las preguntas de una entrevista
-decálogo del periodista- ?
d). ¿Qué es la responsabilidad periodística?
e). De acuerdo a esta lectura, que opinas de los noticieros radiales en
Colombia. Justifica tu opinio con esta lectura.
4. De acuerdo a la preparación de tu programa radial, la(s) entrevistas
realizadas para este, y las lecturas del 8 de abril
'"La información" y del 10 de abril "La noticia y la
entrevista", responde:
a). ¿Cómo estas recogiendo la información?
b). A quienes vas a entrevistar y por qué las seleccionaste?
c). Este entrevistado es una fuente primaria o secundaria. Explica
d). ¿Cuál es el objetivo de realizar esta entrevista?
e). ¿Crees que la información obtenida en esta entrevista es
objetiva, por qué?
f). ¿Crees que al editar esta entrevista estas siendo objetivo?
Explica.
g). Al transmitir una entrevista o una noticia, además de la voz,
podemos utilizar efectos sonoros o música . Explica.
5. De acuerdo a la lectura del 29 de marzo " Como hacer radio en la
web", responde con tus palabras. ¿Qué diferencias y ventajas o desventajas
hay al transmitir Online con las siguientes posibilidades:
- Computador personal como servidor
-Transmitir desde un servidor gratuito
- Contratar un servidor
6. Explica y describe cronológicamente los pasos que has dado
y vas a dar para realizar tu programa de radio. Estos pasos deben responder a
la preproducción, producción y postproducción de un programa radial
Aún quedan algunas cabinas de radio con las paredes y techos repletos de
cartones de huevos. Al entrar, no sabes exactamente si estás en una pollería o
en una emisora. El operador siempre decía que eso “mejoraba la acústica”. Un
método barato y artesanal pero que, en realidad, no sirve para mucho. Los dos
aspectos fundamentales a la hora de instalar una cabina son el aislamiento y el acondicionamiento. Ambos conforman la
llamada acústica arquitectónica y
se recomiendan tanto para la instalación del estudio master como de las salas
de producción.
Aislamiento
o insonorización acústica: su objetivo es que en el estudio no entren
ruidos externos y, al mismo tiempo, que el sonido no salga hacia fuera, sobre
todo, si no quieres que algún vecino enfurecido te llame la atención. Todos los
materiales insonorizan, aunque unos más que otros. Por ejemplo, ladrillos y hormigón
tiene un coeficiente de reducción del sonido (NRC) más alto que la madera o el Corcho.
Acondicionamiento
acústico: el siguiente paso es cuidar el espacio interior del estudio logrando que
los sonidos no produzcan ecos incómodos a la hora de grabar.
AISLAMIENTO O INSONORIZACIÓN ACÚSTICA
Muchas emisoras están ubicadas en calles de mucho tránsito y siempre hay
una ambulancia inoportuna que se cuela en el mejor momento de la grabación.
Para no terminar con el hígado dañado y los locutores agotados de repetir tomas
y tomas, detectaremos los “coladeros” de sonido para sellarlos lo mejor
posible. La mejor sería que en el locutorio y en la cabina de grabación no
exista ninguna ventana y menos si éstas dan a calles transitadas. En ese caso,
séllala con bloques o ladrillos. Si no queda más remedio y tienes que dejar la
ventana, coloca doble vidrio y silicona en las uniones. Hay un tipo de vidrios laminados
antirruidos que, aunque un poco caros, son una buena elección. Las paredes o
techos que dan a otras salas, como prensa, recepción o lugares ruidosos, deben
ser aislados. La mejor forma de insonorizarlos es usar lanas minerales, sea fibra de vidrio o lana de
roca. Este material absorbe los ruidos y no deja que nada se
cuele de un lado a otro. Si la cabina todavía está en construcción, solicita
que construyan un doble tabique de ladrillos y entre medias coloca ese material
aislante.
En algunas cabinas, habrás visto que entre los ladrillos colocan corcho
blanco. Este material se llama, técnicamente, poliestireno expandido. En los edificios se usa por sus
propiedades como aislante térmico, para mantener una temperatura confortable en
el hogar, pero no sirve como aislador acústico. Otro inconveniente es su
peligrosidad ante un incendio ya que es altamente inflamable. Si el dinero no
alcanza, deja vacío el espacio entre las
dos paredes. Esto crea una útil cámara aislante. Además de las paredes, el
suelo es otro punto a tener en cuenta. Lo ideal es un piso flotante. Y lo
mejor, que quede totalmente separado del suelo, literalmente, “flotando”. Hay
uno separadores de caucho que se venden y no permiten que vibraciones del suelo
real, pasen al flotante. Para una cabina normal, es suficiente una alfombra
gruesa. Nunca coloques baldosas o cerámica en una cabina de grabación. Algunas
de estas recomendaciones sólo se pueden aplicar cuando la emisora está en
construcción, pero si espacio donde se ubicará la cabina ya está construido, no
desesperes.
Espumas, absorbentes y difusores: Grandes y
pesadas cortinas de pelo de cabra colgaban de las paredes del templo de
Jerusalén, tal como se describe en el Antiguo Testamento. Ya los antiguos
hebreos sabían la importancia que tiene cuidar la acústica de una sala. Tan
necesario es evitar que los sonidos de la calle se cuelen en nuestro estudio,
como que se escuchen bien los sonidos que en el estudio se producen. Por ello,
además de insonorizar debemos acondicionaremos la acústica.
¿Cómo se comporta el sonido?: Las ondas que
producimos al hablar no van solamente al oído de quienes nos escuchan, sino que
se dispersan por el lugar donde estemos. Si es una sala, las ondas rebotan en
todas las paredes, por el techo y el suelo. La persona que nos escucha oirá las
palabras que le llegan directamente, pero también los sonidos rebotados. Lo
mismo sucede al grabar. El micrófono captará las palabras de quienes locutan,
pero también recoge los rebotes de esas palabras. Estas ondas rebotadas o
reflexiones son las que debemos evitar. Para comprobarlo, entra en tu cabina de
grabaciones, da una fuerte palmada y, si retumba en toda la sala como un
molesto eco, tienes un problema. La clave para solucionarlo es acondicionar acústicamente la sala
para eliminar las ondas reflejadas y grabar solamente las que salen de boca de
locutores y locutoras. Ésta era la utilidad que se le quería dar a los cartones
de huevo pero, como ya dijimos, no sirven para mucho.
ACONDICIONAMIENTO ACÚSTICO
Lo primero, antes de acondicionar, es saber el uso que se le dará a la
sala. No es lo mismo trabajar la acústica de una cabina para grabación de voces
o para grabar instrumentos. Igualmente, el estudio o locutorio tendrá un
tratamiento distinto a la sala de controles. Pero para todos los casos hay dos formas de
trabajar la acústica:
Absorción: Todo material, (de ladrillo
a espuma), al recibir una onda absorbe parte de ella y refleja el resto. Los
materiales duros y lisos, como el ladrillo, reflejan mucho y absorben poco, al contrario
que las espumas o alfombras. Al colocar materiales muy absorbentes en nuestro estudio
nos “comemos” las ondas reflejadas.
Difusión: Son materiales
desiguales y poco absorbentes cuya misión es rebotar las ondas reflejadas en
diferentes direcciones, impidiendo así que el sonido se concentre. Una
combinación de ambas técnicas mejorará considerablemente la condición acústica
de nuestra cabina.
Espumas y otros absorbentes: La absorción
es el método más usado para acondicionar la acústica. Tanto en la cabina de
locución como en la sala de controles o en el estudio de grabación y edición
debemos colocar materiales que absorban las ondas reflejadas. Hay marcas
comerciales como Sonex o Auralex que venden estas planchas con
grosores y densidades adecuadas para cada ambiente. Suelen ser caras para la
mayoría de los bolsillos pero muy recomendables. En las tiendas de colchones
puedes encontrar espumas parecidas, incluso con la misma forma y a un precio
más asequible. Pero deben ser poco tupidas. Si son muy densas y cerradas no
cumplirán su misión ya que la onda no entra en la espuma. Entonces, actúa como
una pared y la onda es reflejada de nuevo, sobre todo las frecuencias graves,
por lo que sumamos un problema al que intentamos solucionar. Las espumas
acústicas comerciales no son planas, vienen con picos, asemejándose a los cartones
de huevos de los que antes conversábamos. Este tipo de conos se llaman cuñas anecoicas. Con esta forma es
más fácil capturar las ondas reflejadas. El grosor es también un factor
importante. A mayor espesor, mayor absorción.
Otra opción es colocar alfombras en las paredes que, aunque no cumplen
plenamente con el principio de la absorción, sí sirven para mejorar un tanto la
acústica. Si optas por las cortinas, que no queden completamente estiradas. La
forma ondulada ayuda mucho más a que las ondas “mueran” por el mismo principio
de las cuñas anecoicas. Tampoco las coloques muy pegadas a la pared, dales al menos
cinco dedos de separación. Paneles de corcho blanco o poliestireno expandido no
son recomendables para insonorizar y tampoco para la acústica. Hay que tener en cuenta que las espumas
absorben, sobre todo, las frecuencias agudas y medias, pero muy poco las bajas
o graves. Si tienes exceso de graves y pretendes solucionarlo forrando con espumas
estarás complicando más las cosas, ya que atenúas y eliminas agudos, pero no
graves. En este caso, es mejor colocar difusores
o también trampas de graves.
Los difusores rompen y dividen la onda que les llega. Es otra forma de eliminar
las reflexiones no permitiendo que se concentren y se repitan con fuerza. Las
trampas de graves son espumas que se colocan en las esquinas del estudio. Es en
ese lugar donde existen más reflexiones de estas frecuencias.
Paralelismo: El suelo está paralelo
al techo. Si tiramos una pelota de goma con mucha fuerza comenzará a rebotar entre
uno y otro. De la misma forma sucede con el sonido, y no sólo entre el techo y
el suelo, sino también entre las paredes. Si las ondas no encuentran algo que
las frene, pueden quedarse un buen rato rebotando de arriba abajo o entre una
pared y otra. Para solucionar esta
situación, coloca espumas en las paredes y algunas en el techo. En el suelo es conveniente
poner una alfombra. Éstas ayudarán también a evitar ruidos de pisadas mientras
grabamos. En vez de espumas, el techo es un buen lugar para colocar difusores
que reboten las ondas. Hay diferentes modelos, pero la mayor parte se fabrican
de madera o plástico duro. Entre las paredes, procura alternar las espumas. Si
colocas en esta pared una espuma, que en la de en frente, coincida un espacio
sin espuma. Y viceversa.
En algún estudio habrás visto un gran estante lleno de libros. Está
comprobado que un estante lleno de libros aprovecha ambas propiedades. Sirve
como absorbente y también como difusor. Si te decides a meter tu biblioteca en
la cabina, procura colocar los libros de forma desordenada, altos y bajos,
gruesos y delgados, algunos separados y otros más juntos, sin ningún orden. Eso
sí, límpialos a menudo. Los libros tienen una atracción especial por el polvo.
¿Muchas o pocas espumas y difusores?: Las
reflexiones de las ondas pueden ser molestas, pero también ayudan a ubicar una
escena en un lugar determinado. Las reflexiones nos dan el ambiente y la
amplitud del lugar. Si colocamos muchas espumas absorbentes “secaremos” el
estudio. No habrá reflexiones y el sonido sonará muy apagado y opaco. Así
conseguimos el típico sonido de locución, un tanto frío, artificial. Si lo
único que vas a grabar son locuciones, una sala seca es buena opción. Pero el
inconveniente se presenta a la hora de realizar dramatizados, ya que nunca
sonará real una escena que ocurre “en la calle”. Puedes sumarle efectos
técnicos en la edición, pero no será lo mismo. Por eso, si tu estudio es grande, deja una
zona con menos espumas en las paredes para la grabación de escenas más vivas,
que simulen suceder en exteriores. Aunque depende del tamaño del estudio, se
recomienda cubrir un 60% de las paredes y techo con materiales absorbentes.
Esto, como explicamos, para estudios de locución, porque en los de grabación musical
la cosa es más compleja. Hay que realizar cálculos minuciosos para hallar
materiales con coeficientes de absorción adecuados y lugares óptimos para la
colocación de cada material. Por lo general, en los estudios musicales cada
rincón tiene una ambiente diferente. Zonas más secas y absorbentes para un tipo
de instrumentos, otras con roca no uniforme para grabar la batería.
SONIDO MONO Y ESTÉREO
No me digas que nunca te hiciste esta pregunta. Podríamos tener un sólo
oído, al igual que tenemos una sola boca. Pero la sabia naturaleza nos dotó con
dos. En los talleres de radio siempre decimos que es para escuchar el doble de lo que hablamos,
cosa que hace falta repetir continuamente a locutoras y entrevistadores. Pero
aparte de eso, tener dos oídos nos permite escuchar en tres dimensiones, como las modernas películas animadas que ahora
son en 3D. Sin nuestros dos oídos sería imposible adivinar de qué lado se
acerca un auto y a qué distancia está. No ubicaríamos en el espacio ni a las
voces ni a las personas que los emiten. Los sonidos se escucharían planos, sin relieve. Precisamente,
para imitar la forma en que los oídos escuchan se inventó el sonido estéreo. Estéreo
es la forma abreviada de decir estereofónico,
y en inglés stereo.
Cuando nos preguntan qué es eso del estéreo, respondemos: un sonido que no es mono y que se escucha por
dos altavoces. Acertamos en la primera parte, ya que el sonido estéreo
no es monoaural (abreviado mono),
pero lo segundo es una verdad a medias. Que una grabación se escuche por dos altavoces
no garantiza que estemos escuchando un sonido estereofónico. Un sonido estéreo es aquel que tiene un audio
diferente por cada uno de los dos canales (izquierdo y derecho). Si escuchas
cualquier canción con unos audífonos y prestas mucha atención, percibirás por
un oído cosas que no oyes por el otro. Hay instrumentos que suenan más por el
izquierdo y coros de voces que oirás más altos por el derecho. Si cierras los
ojos, “verás” la banda tocando. Los coristas a la derecha del escenario, el
guitarrista a la izquierda y la vocalista, casi al centro. Con sólo
escucharlos, creas una imagen del espacio donde la banda está tocando. El
sonido estéreo se creó para eso, para recrear imágenes auditivas y ubicar a
locutoras y músicos en el espacio, en
tres dimensiones.
Con los sonidos mono todas
las voces nos llegan desde el centro, de frente. Pero al escuchar un sonido estéreo
en un reproductor de dos altavoces, apreciaremos cómo nos hablan desde la
izquierda o nos gritan desde la derecha o caminan conversando de un lugar a
otro. La mayoría de los micrófonos son mono. Después de grabar nuestra voz y
reproducirla, la escucharemos por los dos altavoces, pero sigue siendo una
señal mono. En la consola repartimos la voz por los dos canales, izquierdo y
derecho, aunque por los dos sale lo mismo. En cambio, si mi voz se graba con
dos micrófonos, uno ladeado a la derecha y el otro a la izquierda, aunque los dos
recojan las mismas palabras, lo hacen desde ángulos diferentes. Al llevar cada
uno de esos sonidos a un canal de la consola y luego cada canal por separado a
los altavoces estoy, ahora sí, logrando una señal estéreo. Esto se hace usando
cables dobles, uno para cada canal, con sus respectivos conectores. El estéreo,
por tanto, se construye desde la grabación. Los discos compactos vienen en
estéreo. A la hora de grabarlos se usaron varios micrófonos y el técnico que
mezcló el disco fue enviando algunos instrumentos al lado izquierdo, otros al
derecho y algunos al centro para crear esa imagen auditiva amplia, real y en
tres dimensiones.
¿Y las FM estéreo?: Este tipo de
emisoras puede enviar señales estéreo a su audiencia. Si en la radio ponemos un
disco compacto para sacarlo “al aire” (prácticamente la totalidad de la música
moderna viene grabada en estéreo), los dos canales de audio, el izquierdo (Left) y el derecho (Right) salen de forma independiente del
CD, cada uno por un cable. Pero cuando habla la locutora entre canción y
canción, presentándonos al artista, estaremos generando una señal mono por dos
canales. Por lo tanto, en la consola tendremos mezcla de señales estéreo y
mono.
A esto hay que añadir que los transmisores emiten en mono. Por eso,
antes de enviarle a él la señal, pasamos la salida de la consola, tanto el CD
como la voz de la locutora, por un aparato llamado generador de estéreo que empaqueta la señal para que el
transmisor pueda enviarla en estéreo. Cuando la recibimos, si contamos con un
receptor de radio estéreo con dos parlantes, escucharemos una señal en estéreo.
Igualmente, muchos editores de audio transforman un audio mono en estéreo. Pueden
separar en dos canales un audio mono con algunas diferencias en cada canal, creando
esa profundidad y dimensionalidad característica del estéreo en el sonido
final.
SISTEMA BINARIO Y DIGITAL
A lo largo de la historia, la humanidad ha
inventado diferentes códigos o sistema para comunicarse. En la prehistoria, los
gestos servían para ponerse de acuerdo en las cacerías sin ahuyentar a la
presa. Hoy, símbolos similares les sirven a las personas sordomudas para hablar
por señas. Los egipcios fueron famosos por sus jeroglíficos. Más tarde, las letras
nos permitieron escribir sobre un papel la palabra mamá. Samuel Morse inventó el código que lleva su nombre con el
que mamá se
escribe con la siguiente secuencia de puntos y rayas: - - / · - / - - / · - Las dos rayas representan la letra m y el punto y raya la letra a. Pero mamá también se puede escribir con números. Las computadoras no
entienden letras, solamente números. Por eso, todo el abecedario se transforma
en números para que funcionen los sistemas informáticos. El código que traduce
cada letra o carácter en un número se llama ASCII – American Standard Code for Information Interchange. Teclea en tu
computadora Alt + 97 y verás cómo aparece en pantalla la letra a. O escribe Alt + 65 y verás la A mayúscula. De esta manera, la
palabra mamá en código ASCII se
escribe así: 109 97 109 160. En realidad, las computadoras no trabajan
con esos números que pertenecen al sistema
decimal. Este sistema es el que usamos a diario en cualquier operación
matemática y se compone del 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9. Con estos diez
dígitos construimos el número que queramos. En informática, en cambio,
trabajamos con sólo dos dígitos, el 0 y el 1. Es el sistema binario. Aunque parezca increíble, podemos transformar
cualquier palabra, número, audio, fotografía o video, en ceros y unos. Por ejemplo, la palabra mamá podríamos escribirla sólo con
esos dos números, 1 y 0. Hagamos la prueba. Lo primero es anotar su código
ASCII que, como vimos, son números del sistema decimal: m (109) a (97) m (109)
á (160). Lo segundo es transformar el número decimal en un número digital. Para
esto dividimos consecutivamente el número decimal entre dos. Cualquier número
par que dividamos entre dos nos dará un resultado exacto (6/2=3 ó 50/2=25). En
cambio, al dividir un número impar entre dos, siempre obtendremos el decimal
0,5 (31/2=15,5 ó 99/2=49,5). Ahora, a cada división le asignamos un dígito: si
es una división exacta, un 0; si hay decimal (0,5), un uno. Comencemos con la a, que se representa con el número
97. 97 dividido entre 2 da 48,5. Como la división no es exacta, le asignamos un
1. Ahora dividimos entre dos la parte
entera del resultado, sin el decimal. 48 entre 2 da 24. Como el resultado es un
número entero le asignamos el dígito 0. Y así sucesivamente, hasta no tener
ninguna cantidad más que dividir. Al final, los dígitos 1 y 0 que hemos ido
asignando en cada división los tomamos al revés para conformar el número
binario. Acabamos de traducir la letra A al sistema binario: 1100001. Uniendo los cuatro resultados, la palabra mamá en el sistema binario se
representaría así: 1101101 - 1100001 -
1101101 – 10100000. A cada uno de estos dígitos (0 y 1) se le llama bit, contracción de las palabras
inglesas binary digit. En el
sistema binario informático se trabaja con una secuencia de 8 bits, que forman
un byte. El byte es la unidad
de almacenamiento de información digital.
Todos los archivos digitales se “miden” o clasifican con ella. Es necesario que manejes la escala de
múltiplos y submúltiplos porque a partir de ahora usaremos mucho los bytes.
Ahora que sabemos las diferentes formas de
escribir la palabra mamá, ¿cómo
pasar de la onda que se produce al decir mamá
por un micrófono a una información digital? En otras palabras, ¿cómo
digitalizamos el sonido?
¿Audio analógico del digital?: El paso del audio
analógico al digital ha sido la evolución más significativa en el mundo del
sonido profesional en toda su historia. Este cambio ha transformado por
completo la forma de trabajar, de escuchar y de almacenar el audio. Dejamos de
usar casetes para grabar en discos duros. Dejamos de editar con tijeras para
hacerlo con software. Y también, dejaremos de escuchar radio y televisión de
forma analógica para convertirnos, en muy pocos años, en audiencia digital.
Analógico: Análogo significa
igual, similar. Al grabar en este formato, hacemos copias eléctricas del sonido original que luego pueden ser
leídas por un aparato. Por ejemplo, la electricidad que genera un micrófono
cuando recibe las vibraciones de los sonidos es capaz de mover una aguja y
crear un surco en un disco. Luego, esa misma aguja puede leer el surco y las vibraciones que
genera el movimiento de la aguja se convierten en un valor eléctrico que se
transforma con un altavoz en el mismo sonido que grabamos. En las cintas de
casete ocurre lo mismo. Por medio de magnetismo guardamos los sonidos convertidos en electricidad que luego se
pueden convertir de nuevo en sonidos. Tanto la cinta como el disco de vinilo
son soportes analógicos de grabación.
Digital: Un disco compacto o un
flash memory son soportes
digitales. Este tipo de audio no hace copias de nada, sólo transforma las
vibraciones en 0 y 1, los dos dígitos que conforman el sistema binario, el lenguaje de las computadoras y equipos
digitales.
Ventajas del audio digital
Mayor Calidad
Menor espacio de almacenamiento
Miles de copias con la misma calidad
No se deteriora
Acceso más rápido a la información
Comodidad en la edición
Digitalizar un audio: Un micrófono
transforma una onda sonora en electricidad. Es lo que llamamos un audio analógico.
Esta electricidad se puede codificar y guardar en 1 y 0, convirtiéndose en un
audio digital. Esta codificación la hace la tarjeta de audio. Luego, el sonido
en ceros y unos, lo trabajamos en la computadora, editándolo, añadiendo
efectos… El último paso es transformar esos dígitos binarios (0 y 1) otra vez
en electricidad y, con la ayuda de un altavoz, nuevamente en sonidos.
El proceso para pasar la electricidad analógica a dígitos binarios tiene
dos pasos.
1. Muestreo
(sampling): En los cuadernos de pintura que rayábamos de pequeños había unos dibujos
que se hacían uniendo puntos numerados. Del punto 1 al 2 trazabas una línea,
del 2 al 3 otra y así sucesivamente, hasta que el dibujo iba tomando forma. Al
final, podías contemplar la silueta del genio de la lámpara de Aladino. Si
había pocos puntos, era difícil perfilar los detalles, sobre todo, las curvas,
y el dibujo no se veía muy bien. En cambio, si había muchos puntos y estaban
bastante juntos, la forma era más precisa y el genio más real, casi hasta
podías pedirle un deseo. El proceso de digitalización de un audio se parece mucho
a estos dibujos. El conversor de la tarjeta de audio va tomando diferentes
muestras o puntos de la onda inicial. La cantidad de muestras se mide con la frecuencia de muestreo y su unidad,
como para todas las frecuencias, es el hercio.
Recordemos que la frecuencia era la cantidad de veces que algo sucedía en un
determinado tiempo. Si tomamos muchas muestras, será más fácil reconstruir la
onda original después que fue digitalizada, al igual que sucede con el dibujo
del genio.
2. Resolución
(cuantificación): Acabamos de ver que para convertir un audio de analógico en digital
tomamos una determinada cantidad de
muestras, pero no hemos hablado aún del tamaño
de dichas muestras. Precisamente, ese tamaño de muestras es la resolución. Con mayor resolución,
podremos guardar mayor información que nos permitirá reconstruir la onda con
mayor fidelidad. Es como en las cámaras de fotos. A mayor número de pixeles, mejor calidad de fotos. En
las primeras fotografías digitales, si te acercabas, lo que parecía un terso
rostro no era más que una escalera de cuadraditos. Luego, los pixeles de las cámaras aumentaron y
con ellos la definición de las fotos. La resolución la medimos en bits. Aunque a veces se trabaja con 8
bits, lo mejor es hacerlo con un mínimo de 16 bits. Con 8 bits tenemos 256
valores para la muestra (28) mientras que con 16 bits tenemos 65,536 (216)
Realmente, las muestras que tomamos al convertir un audio analógico en
digital son los valores de corriente eléctrica en que el micrófono transforma
los sonidos recibidos. Todos esos valores eléctricos se convierten en unos y
ceros y se “queman”, por ejemplo, en un CD. Luego, el lector de discos lee esos
valores digitalizados y los vuelve a transformar en corriente de ese voltaje
para que el altavoz se mueva y reproduzca los sonidos que grabamos. Si tenemos
muy poca resolución, es decir, pocos bits para guardar datos, una tensión de
1,3678 milivoltios (mV) se guardará como 1,3 mV. Mientras que si contamos con
una resolución mayor, por ejemplo, 16 bits, se guardará la cifra completa, por
lo que el sonido se escuchará igual que el original.
FORMATOS DE AUDIO DIGITAL: El trabajo con audio digital es casi una tarea para especialistas en
enigmas. Como el audio se guarda en la computadora y todos los archivos
informáticos tienen extensiones,
tenemos que interpretar cada sigla y abreviatura. La extensión es la parte
final del archivo que hay después del nombre y el punto. Sirve para conocer qué
tipo de archivo es, si es un texto, un video o un audio. Hay muchas extensiones
y todas seguro que te suenan: WAV, RM, MP3, WMA…
Archivos de audio digital sin comprimir:
PCM:No es un tipo de archivo o formato, sino una técnica de
transformación de audio analógico a digital sin ningún tipo de compresión. Por eso, no vemos audios con la extensión pcm. Trabajamos con PCM a la hora de
digitalizar, pero siempre guardamos en archivos con alguna de estas
extensiones:
WAV (Wave, onda en
inglés): Es el formato de audio digital sin comprimir más usado. Pertenece a
Microsoft / IBM.
AIFF (Audio
Interchange File Format): Es similar a WAV pero para las
computadoras Macintosh o MAC de Apple.
CDA: Son las pistas de audio grabadas en Disco
Compacto que también usan el sistema PCM.
Todos los archivos sin comprimir son de gran tamaño. Aproximadamente,
unos 10 Megas por cada minuto de audio. Estos son los formatos usados para
guardar audio a nivel profesional ya que la calidad es muy buena. Pero cuando
no necesitamos tanta calidad y estamos escasos de espacio, es el momento de
usar la compresión de archivos.
Compresión de audio: Comprimir es
reducir y siempre que reducimos perdemos algo. Lo mismo sucede con el audio
digital. Los últimos avances han permitido que la compresión se haga con las
menores pérdidas posibles de calidad, pero siempre las hay. Frente a eso, se ha
ganado mucho en la reducción del tamaño de los archivos. Mientras que un audio
de 4 minutos en formato WAV ocupa aproximadamente 40 Megas, ese mismo audio, comprimido
a MP3, puede reducir su peso a 4 megas, 10 veces menos. Y aparentemente, suenan
igual.
Guardar sin comprimir: Cuando se
trabaja en producción se graba siempre en WAV, sin comprimir. De esa misma
forma se edita y mezcla. Si el resultado final de la edición es un audio para
ser colgado en una Web o
guardado en el disco duro de una computadora, podemos comprimir en mp3 pero con
una calidad no inferior a 160 kbps. Si por el contrario, la producción tiene
como destino final ser grabada en un CD, nunca comprimas, deja siempre el audio
en WAV y quémalo de esa forma en el CD.
¿Cómo funciona la compresión?: No se trata de
arrugar o aplastar el audio. La mayor parte de sistemas de compresión de audio
se aprovechan de un “defecto” de nuestro oído para reducir el tamaño del
archivo. Se llama enmascaramiento.
El enmascaramiento es una propiedad del oído humano que le impide distinguir
dos frecuencias muy juntas dentro del mismo rango, una enmascara a la otra. Por
ejemplo, si en una canción suena al mismo instante un sonido con una frecuencia
de 12 Khz y otro de 12.2 Khz, podríamos quitar una de las dos sin que lo
notemos al escucharlo. De esta manera, el compresor va “restando” las
frecuencias enmascaradas, lo que reduce el número de bytes. Y menos bytes en
informática se traduce en archivos de menor tamaño, pero no de menor tiempo. La
canción, al ser comprimida, dura lo mismo que sin comprimir.
Calidad de los archivos comprimidos: Vimos en la
pregunta anterior que un audio digital tiene dos parámetros: la frecuencia de
muestreo (la óptima es de 44.1 Khz.) y la resolución o tamaño de cada muestra
(8 ó 16 bits). Al comprimir, agregamos un tercer parámetro a estos dos, el bitrate. Es la cantidad de kilobytes
por segundo (kbps) y se refiere
a la calidad de la compresión.
· A menor número de Kbps, más compresión,
menor tamaño del archivo, pero menor calidad.
· A mayor número de Kbps, menor compresión,
mayor tamaño del archivo y más calidad.
Un audio comprimido a 128 Kbps tiene mayor nivel de compresión que uno
de 256 Kbps.
Formatos de archivos comprimidos:
MP3 (MpEG-1 Audio
Layer 3): Logra compresiones altas sin muchas pérdidas, aunque todo depende de la
calidad de la compresión que usemos. De 128 Kbps para abajo no es recomendable.
Aunque mp3 es el estándar de
compresión más usado, sobre todo para audio en páginas Web, el gran
inconveniente es su patente.
Por eso, cualquier reproductor o software de edición que quiera usarlo tiene
que pagar por ello.
OGG (Vorbis): Fruto de esa
patente, la Fundación Xiph.org desarrolló
en el 2002 un codec totalmente
libre para la compresión de audio. Similar en características al mp3, se está
comenzando a usar mucho en la Web y en algunos reproductores ya que los
fabricantes no tienen que pagar los costos de la patente.
AAC (Advanced Audio
Coding - Codificación de Audio Avanzada): El nivel de compresión
es mayor que el mp3 (MPEG-1) sin mayores pérdidas de calidad. AAC es uno de los
codec usados en el nuevo
estándar de compresión MPEG-4. Este formato de audio se usa en reproductores
como el iPod y en alguno de los
nuevos sistemas de radio digital. El AAC se perfila como el sucesor del mp3.
RAM (también RM o
RA): Son los archivos de la compañía Real
Network para audio. El problema es que su reproducción y edición está
muy limitada a software de la misma empresa y pocos más.
WMA (Windows Media
Audio): Es la apuesta de Windows a los formatos comprimidos. Es como un WAV,
pero de tamaño más reducido y menor calidad. Mientras que los archivos mp3 y
ogg los suenan casi todos los reproductores y editores, no sucede lo mismo con
los wma, por eso se usa muy poco.
AA3 (ATRAC -
Adaptive Transform Acoustic Coding): Formato inventado por Sony. Es el que usan
los grabadores-reproductores de minidisc.
El género periodístico trabaja con la realidad. No se trata de ficción,
como en el género dramático. Los hechos han ocurrido, son ciertos, lo
que se informa —mejor o peor informado— da cuenta de acontecimientos que han
ocupado un tiempo y un espacio reales. Noticia puede ser lo que no ocurrió (un
ciclón que cambió de ruta o Eros Ramazzotti que canceló su concierto). Da
igual. En ambos casos, estamos pisando terreno concreto, no imaginario. Las declaraciones
también son noticia. El alcalde dijo, el obispo declaró, el coronel propuso
y el obrero desmintió. Declaraciones de los distintos sectores sociales, de
arriba y de abajo, de derecha y de izquierda, que no son hechos, pero hacen
referencia a hechos ocurridos o por ocurrir. Otro ámbito noticioso lo constituyen los datos.
Los nuevos campos de la estadística y la informática nos brindan cifras y
relaciones para elaborar noticias. Por ejemplo, siempre se habla del cartel colombiano
y del cartel mexicano. Pero el gran cartel del narcotráfico se encuentra más al
norte. No todo hecho se convierte en
noticia. Para efectuar esta traducción —de la realidad a la palabra que la
relata— se necesita un segundo factor clave, decisivo, sin el cual no habrían
periódicos sino libros de historia: que el hecho sea actual. Lo actual
se aplica tanto al acontecimiento reciente como al descubrimiento reciente. La
noticia para una sola persona tiene otro nombre. Se llama aviso, comunicado,
servicio social… En muchas emisoras de la región existen espacios donde se
anuncia la cédula extraviada, la llegada del recluta, la boda de Tomas y el
velorio del abuelito .Estos avisos no califican como noticias, a pesar de ser
hechos de actualidad, porque les falta la dimensión colectiva. Sus
destinatarios son individuos o familias. Para los medios masivos de comunicación,
sólo será noticia aquello que concite el interés de muchos. Ya tenemos, entonces, los tres elementos
infaltables para armar una noticia: los hechos, su actualidad y
el interés de la audiencia. Ahora bien, la noticia no es el hecho mismo,
sino su relato, la versión de ese hecho a cargo del periodista o del
corresponsal o, simplemente, del oyente que llama a la emisora y la da.
Aproximémonos, ahora sí, a una definición: noticia es el relato de un
hecho actual de interés colectivo. Falta
un elemento indispensable, necesita la palabra periodística esencial, la que
nos profesionaliza: la objetividad. Ya dijimos que la noticia no es el
hecho, sino su versión. El hecho, en sí, es objetivo. Pero cualquier relato que
se haga del mismo nos sitúa en el terreno de la subjetividad del relator. El
asunto es que no hay más camino para convertir un hecho en noticia que a través
de las palabras. Es el lenguaje el que nos permite comunicar los hechos que
observamos (o que otro observador nos cuenta). Esto implica, necesariamente, un
nivel de interpretación, dado que la realidad no se refleja en nuestros
reportes como en un espejo. Y aunque así fuera. ¿Qué más objetivo que el objetivo
de una cámara de fotos? Y sin embargo, ni siquiera este ojo mecánico satisface
nuestra imposible búsqueda de la objetividad. Digamos que lo subjetivo no
comienza en el relato de un determinado hecho, sino en la selección que hace el
reportero de este hecho y no de otro. ¿Por qué informar sobre la nueva escuela
que inauguró el señor Presidente y no sobre las 99 que ofreció y no cumplió?
Lo
subjetivo tampoco acaba en el relato. Porque es otro sujeto, a través de la
radio, quien lo recibe e interpreta a su manera. El periodista hace una versión
de los hechos y el oyente otra. El proceso de la información resulta, de esta
manera, doblemente subjetivo: por el lado de quien emite y por el lado de quien
recibe. O indefinidamente subjetivo:
quien oyó, lo cuenta a un tercero, y éste, a su vez, lo reinterpreta y lo
vuelve a contar a otro, y a otra, y a otro más, y el hecho que dio origen al primer
relato se va alejando como eco de montaña.
¿Significa esto subjetivismo en la información? De ninguna manera.
Significa aceptar las limitaciones de la comunicación humana. La objetividad
—perspectiva global— es privilegio de los dioses, no alcanzable por los
humanos. Para nosotros, comunicadores, la objetividad se relaciona con la responsabilidad
periodística, con el deber de informar verazmente.
¿En qué consiste, en definitiva, la honestidad periodística, la
objetividad informativa?
Mantenerse fiel a los hechos.
Comprobar
los hechos
Separar
hechos de comentarios.
Recurrir
a la otra versión.
El periodista es un vigilante de la sociedad. No espera que lo llamen.
Va donde lo invitan y, sobre todo, donde no lo invitan, donde no quieren saber
de él. Comprometidos y entrometidos, las reporteras y reporteros tendrán que cubrir, naturalmente, las fuentes
oficiales (el Palacio de Gobierno, el Parlamento, los ministerios y alcaldías, la Corte de
Justicia). También zapatearán los hospitales, los cuarteles y todos los lugares
de sucesos. Como profesionales democráticos, irán a buscar información en las
organizaciones de la sociedad civil: juntas de vecinos, comunidades, barrios,
ONGs, asociaciones de consumidores, de mujeres, medioambientalistas, así como
en sindicatos y partidos de oposición. Todavía más: el nuevo periodismo nos
exige una nueva profesión, la de detectives sin gorrita, investigadores de los
hechos ocultos y ocultados, rebuscadores de alcantarillas.
La variedad de fuentes a las que acudiremos por propia iniciativa nos
garantizará una selección de información más plural y balanceada. Si sólo
cubrimos las fuentes oficiales o si —por una falsa alternatividad— descuidamos
éstas y nos concentramos en las fuentes populares o en las de oposición, nos
volveríamos sectarios, es decir, estaríamos trabajando para un sólo sector. Y
la independencia periodística nos exige vigilarlos todos.
El periodista, obviamente, no puede ser siempre testigo de los
acontecimientos dignos de ser convertidos en noticia. Así pues, el periodista
tiene que basarse en testimonios para escribir sus relatos. Toda noticia está
respaldada por un testimonio. A estos testimonios les llamamos fuentes informativas.
Hay fuentes oficiales y extraoficiales. Fuentes del poder y de la
sociedad civil. Fuentes confidenciales. Fuentes directas (testigos que estaban
ahí, en el momento y lugar de los hechos) y fuentes indirectas (los que oyeron
de otros). Ningún medio es tan ubicuo que pueda cubrir todos los hechos
importantes ni contar con enviados especiales en todos los puntos donde haya
material informativo.
Para eso se inventaron las agencias de noticias. La ventaja de las agencias
es que nos facilitan el trabajo haciendo una selección previa de la
información. La desventaja es ésa misma: cada agencia responde a determinados
intereses políticos y comerciales. ¿Quién nos garantiza que la selección hecha
coincida con nuestros criterios democráticos?
El criterio rector para seleccionar la masa informativa y priorizar las
noticias no es otro que la proximidad de éstas a la audiencia. Una
proximidad que se expresa en tres coordenadas: temporal, espacial y
de intereses.
La
proximidad en el tiempo es lo que conocemos como actualidad
La proximidad en el espacio se llama cercanía
La tercera proximidad tiene que ver con los intereses particulares
del público al que nos dirigimos.
Este criterio de la triple proximidad orienta el quehacer
periodístico. Manejándolo con amplitud, sin exclusivismos, podemos ordenar las
informaciones y seleccionar las de mayor interés para nuestra audiencia. Otros
criterios son:
Lo raro, lo insólito, lo extraordinario.
Lo trágico, lo desastroso, lo catastrófico.
Las personalidades, los famosos y famosas.
El
llamado interés humano.
Y por último, las infaltables SS: sangre y semen.
El contenido de la nota simple debe responder correctamente a las conocidas preguntas que registran todos los manuales de prensa: qué, quién, cuando, donde y por qué?.
¿En qué consiste ampliar o contextuar una noticia?
Situar geográfica o históricamente los hechos.
Relacionar un hecho con otros
Revelar
otras causas.
Complementar
la información.
Prever consecuencias de los hechos.
El cuestionamiento es el siguiente: ¿podemos dar informaciones
utilizando la totalidad del lenguaje radiofónico o debemos limitarnos a la voz
humana? Más provocativamente: ¿podemos ambientar las noticias con efectos
sonoros, con golpes y fondos musicales, inclusive con escenas, sin atentar contra
la responsabilidad periodística y sin minar la credibilidad de la emisora ante
la audiencia? Cebrián Herreros es implacable al respecto: Los documentos
sonoros de los hechos informativos, a diferencia de lo que sucede en los
tratamientos de ficción, se seleccionan por su autenticidad informativa y no
por su verosimilitud representativa. De hecho se rechazan totalmente de la
información, por atentar contra la veracidad, la producción de efectos
especiales para hacerlos pasar, por su superioridad acústica, como documentos
sonoros propios de la realidad informativa.¿Por qué? ¿De dónde sale esta
norma tan severa y ortodoxa? El mismo autor en otro párrafo descalifica
igualmente los fondos musicales en la información por la carga emotiva y la
interpretación subjetiva que introducen. El poner fondo musical a una
noticia es tan incongruente como sería la intromisión de un boletín de noticias
a mitad de un movimiento sinfónico, o durante una sesión de pop. En cuanto a la música, se requiere una
distinción, dado que unas describen y otras comentan. Por ejemplo,
entra una noticia de Brasil y le doy paso con unos acordes de samba. O con las
primeras notas del himno nacional brasilero. Se casa Antonio Banderas con
Melanie Griffith y pongo de fondo la
marcha nupcial. Llega el Papa a tal país y arropo la nota con música
gregoriana. Aquí la música no está describiendo una situación, sino
comentándola. En una sección de humor o incluso en el mismo editorial de la
radio, no habría inconveniente en trabajar estos recursos expresivos. Pero al
dar la noticia no, porque se mezclan dos planos periodísticos que el oyente
tiene derecho a poder distinguir, la información y la opinión. La nota puede
ilustrarse con efectos, con músicas descriptivas y también con breves
bocadillos o dialoguitos actuados. Obviamente, no puedo incluir una escena
larga que rompería el ritmo informativo. Tampoco debo inventar lo que no se
dijo o falsificar voces de personajes públicos haciéndolas pasar como reales.
A continuación, algunas pistas para lograr un estilo más claro:
Use
un lenguaje sencillo.
Evite palabras tan de moda como incorrectas
Evite muletillas y jergas
Diga el verbo decir.
Redondee
cifras y porcentajes.
Traduzca las cantidades en moneda extranjera a la equivalencia nacional.
Traduzca
las siglas.
No
use pronombres.
Use
frases cortas.
Ordene
la frase: sujeto, verbo y complemento.
Elimine
los adjetivos
Elimine
los comentarios.
Prefiera las formas simples del indicativo a las compuestas.
Evite
el lenguaje pasivo.
Evite
las formas impersonales cuando sepa quiénes son los autores de los hechos.
LAS ENTREVISTAS
Topamos ahora con uno de los formatos más conocidos y reconocidos por
todos los públicos, más usados por productores y periodistas en todos los
medios de comunicación, en cualquier programa de radio y que, generalmente, se
clasifica dentro del periodismo de opinión: la entrevista. De otros formatos
podríamos, tal vez, prescindir. De éste, no. Sin entrevistas, perderíamos la
espontaneidad de la conversación, la fuerza del testimonio vivo, nos cortarían
las raíces mismas del conocimiento, que se alimenta de preguntas. Las
etimologías no fallan: entrever significa atisbar, vislumbrar algo
borroso que, poco a poco, se aclara, divisar una posible solución. El prefijo
también sugiere un itinerario que se hace en común ver entre dos la
situación. Entrevista: búsqueda de luz, mirada compartida.
¿Qué es una entrevista? No resulta complicado definirla: un dialogo
basado en preguntas y respuestas. Como diálogo que es, la mayoría de las
pautas que sirven para hacer fluida y amena una plática en la vida cotidiana,
valen también a la hora de realizar una entrevista. Dialogar es intercambiar
palabras, dar y recibir ideas, interesarse en la opinión del otro. Buen
entrevistador resulta sinónimo de buen comunicador, aquél y aquélla que saben
hablar bien y escuchar mejor. Pero la entrevista no es un diálogo así no más.
Implica un desequilibrio interno, exige que uno sea quien pregunte y otro quien
responda. Esta relación entre el entrevistador y el entrevistado no se invierte
ni se disuelve en ningún momento. Si así fuera, si el entrevistador diera su
opinión o comenzara a responder preguntas del entrevistado, cambiaríamos de
formato, pasaríamos quizás a un debate o a una tertulia. Esta distinción de
funciones especifica el diálogo de la entrevista y pone en su puesto al
entrevistador que quiera lucirse. Aquí, el protagonista es el entrevistado.
Preguntas y respuestas. Parecería fácil entrevistar. Y sin embargo, no lo
es. Estamos ante uno de los formatos que requieren de más experiencia para
lograr dominarlo.
Los entrevistadores hablan en plural. Dicen se nos ocurre y no se
me ocurre, dicen hemos constatado y no he constatado. ¿Por
qué? ¿Tal vez petulancia mayestática? No, no se trata de eso. Lo que pasa es
que el entrevistador representa a los radioescuchas, al variopinto público,
eventualmente segmentado pero siempre masivo.
El entrevistador, por esta delegación, hará las preguntas que el público
querría hacer, pedirá las aclaraciones que el público querría pedir, expresará
las preocupaciones que el público quisiera expresar y no puede hacerlo porque
no tiene el micrófono en la mano. Igualmente, el entrevistador empleará el
lenguaje sencillo de su audiencia promedio y abordará las temáticas
interesantes para ese público concreto al que se dirige. El entrevistador es la
boca del oyente.
¿Cuál es la especialidad de un entrevistador, de una entrevistadora? La
misma de los niños, hacer preguntas. Preguntas para saber y, sobre todo, para
hacer saber a sus oyentes. Preguntas que deben obedecer a este decálogo
periodístico:
Haga
preguntas claras.
Haga preguntas cortas.
Haga preguntas concretas.
Haga una sola pregunta cada vez.
Haga preguntas abiertas.
Combine preguntas de aclaración, de análisis y de acción.
Evite preguntas indiscretas.
Evite preguntas capciosas o manipuladoras.
Haga como abogado del diablo.
Varíe la formulación de sus preguntas.
Clases de entrevistas, tomando en cuenta el objetivo fundamental
de las mismas:
Entrevistas informativas: Para obtener
datos, completar informaciones, con actores o testigos de los acontecimientos.
Entrevistas de opinión: Para conocer los
argumentos, las valoraciones, los juicios y prejuicios sobre un hecho o situación.
Entrevistas de personalidad: También se
llaman de semblanza. Aquí el tema es el mismo entrevistado, su vida, su
carácter, muchas veces el lado humano y cotidiano de los famosos.
Podemos resumir en una palabra la responsabilidad previa del entrevistador:
Prepararse bien. Preparar el equipo de grabación. Preparar el
tema. Preparar el cuestionario. Preparar al entrevistado. Prepararse uno mismo.
Peparar el lugar. ¿Grabada o en vivo? ¿Dónde
y con quién? Enlazar preguntas y respuestas. Todo bajo control. Edición. Ambientación. Y archivo.
Un reportaje,
generalmente, no se decide en frío, a partir de un tema propuesto en el consejo
de redacción. No se dice: Voy a hacer un reportaje sobre la discriminación
racial en Ecuador. Los acontecimientos toman la delantera. Ya determinamos
el hecho que vamos a investigar. Ahora hay que hacer un plan de visitas, de entrevistas,
consultar bibliografía, asesorarse con quien sepa del asunto, establecer en el
equipo de prensa una estrategia que nos permita sortear las eventuales
dificultades y obtener los datos necesarios. Con todo el material recopilado,
comienza el trabajo de estructurar el relato. ¿Cuánto debe durar un reportaje?
Depende de la envergadura del tema que trate. El reportaje se narra. Y se narra con buenos grados de temperatura.
El llamado periodismo investigativo, especialidad radical del
interpretativo, encuentra su mejor expresión, igual que éste, en el reportaje.
La información recolectada y los mismos resultados de la investigación se pueden
ir dando a conocer en una revista informativa o en el noticiero. La valoración
de los hechos se puede tratar en el editorial o en distintos formatos de
opinión. Pero el reportaje, por la variedad de recursos que permite y la
documentación que exige, se convierte en la mejor herramienta de trabajo para
la unidad investigativa del departamento de prensa. Así lo han entendido los
radialistas perspicaces.
¿En qué consiste el periodismo investigativo? En destapar alcantarillas.
En sacar a relucir lo que huele feo y anda podrido en la sociedad. El
periodismo investigativo no sólo informa sobre lo que no se sabe, sino que
revela lo que no se ve, lo oculto. Mejor dicho, lo ocultado. Los medios
que asumen una verdadera tarea investigativa cumplen un importante papel como fiscalizadores
sociales y como democratizadores de la comunicación. Porque la agenda pública, los
temas a tratar, las noticias a destacar, los silencios premeditados, ya están
marcados por los grandes monopolios. Por nuestra parte, a veces, nos
conformamos con incidir en esa pauta con pequeños contrabandos críticos o
incorporando puntos de vista de los ciudadanos que discrepan. Pero no basta
reaccionar ante la agenda oficial. Hay que ampliarla. La sociedad civil tiene
derecho a esclarecer la inmoralidad. Y en nuestras radios hallará su mejor
lupa.
Digamos, para comenzar, que lo informativo no consiste ni se
soluciona poniendo un noticiero ni dos boletines ni cuatro revistas
informativas a lo largo de la jornada. Lo informativo impregna toda la programación,
como el fermento en la masa del pastel. Esto no es una frase poética. Como veremos
más adelante, lo informativo debe atravesarlo todo, incluida la actitud
periodística reinante en cada uno de los productores de la emisora, no sólo del
equipo de prensa. La radio informa todo el tiempo. Ésa es su identidad, su
mejor posibilidad tecnológica. No como los periódicos, que salen una vez al
día. Ni como la televisión, que tiene sus espacios pautados de noticias. En la
radio, la noticia no es visita, sino dueña de casa. La noticia entra y sale
cuando quiere en la programación, se instala en todos los espacios. La radio es
el único medio de comunicación que permite dar seguimiento a la información,
mejor dicho, acompañamiento, puesto que la inmediatez del enlace permite
que vaya al lado de los acontecimientos y no a la zaga. Y esto, durante todo el
día y durante todos los días. La periodicidad de la información radiofónica se
parece a los latidos del corazón. Nunca se detiene.